La magnitud del problema al que nos enfrentamos obliga a sensibilizar a todos los escalones del sistema sanitario.
Para ello debemos partir de un precepto fundamental: el exceso de peso como una enfermedad crónica, que necesita un tratamiento a largo plazo para lograr una reducción de peso, que además sea mantenida en el tiempo, pero que también incluya una estrategia para prevenir o reducir las comorbilidades.
La implicación de la Atención Primaria es esencial, debiendo abordarse el problema desde un punto de vista multidisciplinar.
Esto conlleva:
- Disponer de guías y recomendaciones unitarias para el manejo del sobrepeso y la obesidad.
- Promover la producción científica en Atención Primaria.
- Comunicación fluida entre los diferentes profesionales de salud.
- Disponer de programas de salud formativos impulsados por la Administración.
Dada la alta prevalencia de la obesidad en la sociedad actual, la SEEDO propone priorizar los programas de pérdida de peso en las siguientes situaciones:
- Individuos con un IMC ≥ 30.
- Individuos con un IMC entre 25 y 29 y con comorbilidades asociadas.
- IMC ≥ 25 y con “cintura de riesgo” (se entiende como “cintura de riesgo” una circunferencia de cintura ≥ 102 cm en el varón ó ≥ 88 cm en la mujer).
- Cualquier sujeto con “cintura de riesgo” y comorbilidades.
El punto siguiente que recomienda la SEEDO es establecer objetivos:
- Promover la pérdida de peso.
- Mejorar los factores de riesgo.
- Mantener el peso y evitar la recuperación del peso perdido a largo plazo.
- Propiciar una vida activa.
- Mejorar la calidad de vida.
La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición establece un algoritmo diagnóstico-terapéutico para el tratamiento del sobrepeso y la obesidad en personas adultas, estableciendo las líneas de colaboración entre la Asistencia Primaria y la Especializada.
En este contexto de colaboración interdisciplinaria, se ha desarrollado una iniciativa de trabajo conjunta, estableciéndose la motivación del paciente como elemento esencial para valorar la respuesta al tratamiento médico.
Desde hace años existen diferentes estrategias destinadas a modificar los hábitos alimentarios de las personas como sus patrones de actividad física mediante equipos multidisciplinares en los que enfermería lleva a cabo tanto el tratamiento como el seguimiento de los pacientes.
La labor de la enfermera de Atención Primaria destaca por su gran accesibilidad al paciente y la longitudinalidad del tratamiento y seguimiento del mismo.
Los elementos clave en la educación para la salud se basan en el aprendizaje de determinados conocimientos como son: la base de una alimentación equilibrada, los efectos de la dieta sobre la salud, la actividad física adecuada para cada persona, pero sobre todo, el lograr un compromiso por parte del paciente para mantener todo esto.
Tras revisar varios estudios llevados a cabo con pacientes adultos en consultas de Atención Primaria, podemos concluir que la reeducación es posible.
Todo esto nos ayudará a lograr una mayor calidad en los resultados de promoción y prevención de la salud, y por lo tanto, en la motivación del profesional para continuar con su labor a largo plazo.
Este artículo está basado en la tesina realizada por Noemí Álvarez Mieres para el Máster en nutrición y Metabolismo Clínico realizado en Formación Alcalá.