Algunos ejemplos de estudios recientes sobre medicina complementaria o alternativa (CAM en inglés):
- Un estudio realizado al sur de California constató en 199 adultos con dolor crónico que asistieron a una clínica del dolor, que el 91,6 % reportó haber usado al menos un tratamiento de estos. Un promedio de uso de al menos cinco terapias diferentes.
- En Singapur, se encontró una prevalencia del 84 % de uso. La más comúnmente usada era la medicina tradicional china (68%), dentro de la cual, la acupuntura fue la más utilizada (49%). El 72 % opinó que la intensidad del dolor mejoró. Además, argumentaron razones para su uso: tener más control sobre su dolor, menos efectos adversos, mayor seguridad y menos costos.
- En una encuesta nacional realizada a 2.540 adultos mayores de 50 años en Australia, el 8,8 % de los encuestados informó haber acudido a un profesional de terapias complementarias en los últimos 3 meses. El 12,1 % de las mujeres y el 3,9 % de los hombres tenían enfermedades musculoesqueléticas (osteoporosis, artritis), depresión y/o ansiedad.
Se ha observado un uso parcial de CAM para el tratamiento del dolor crónico en la medicina occidental, fenómeno causado sin dudas por las barreras económicas y culturales de las instituciones hospitalarias. Latina y cols. encontraron que solo el 38 % de los hospitales italianos que participaban en el estudio ofrecían terapias complementarias al tratamiento convencional para el dolor crónico; el masaje fue el tipo más común de terapia ofrecida a los pacientes, seguida de la naturopatía, nutrición tactil, la hipnoterapia, la imaginación guiada y la aromaterapia.
Este artículo está basado en la tesina realizada por Ane Urtzelai Aranbarri para el Máster en Anestesia, Sedación, Quirófano, Reanimación y Terapia del Dolor realizado en Formación Alcalá.