Al igual que los países de nuestro entorno, afrontamos ahora el reto de la calidad, orientado hacia una práctica clínica basada en la evidencia científica y al mismo tiempo centrado en el modelo de atención en la persona usuaria, como base del desarrollo de las nuevas estrategias y garantía de mejores servicios.
De la revisión de buenas prácticas referidas por la literatura nacional e internacional, se destaca la importancia de promover la participación informada de las mujeres en todo el proceso y en la toma de decisiones sobre prácticas clínicas que se le apliquen. Esto mejora la salud integral de las mujeres, la relación entre profesionales y usuarias, la satisfacción en general.
En este sentido el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, destaca que los servicios sanitarios se han ido dotando con medios cada vez más sofisticados, lo que permite garantizar una adecuada asistencia al parto, en particular a los casos de riesgo que presentan o pueden presentar complicaciones. Pero también la atención al parto normal se ha visto afectada por una medicalización creciente de lo que en el fondo no es más que un proceso fisiológico.
En el año 2007 el Sistema Nacional de Salud publica la “Estrategia de Atención al Parto Normal” que inicia un cambio complejo y difícil en España. A ello debemos sumar el cambio en percepciones, valoraciones y expectativas de la comunidad, especialmente de las mujeres, en torno al significado de este momento único e irrepetible. Cada vez más, las organizaciones de mujeres reivindican el derecho a parir con respeto a la intimidad, participando en las decisiones, y en las mejores condiciones para ellas y las criaturas. De igual modo, es cada vez mayor el número de profesionales que plantean la posibilidad de reflexionar y poner en común experiencias y conocimientos, viendo en este movimiento una oportunidad de debate y de acuerdo.
En los últimos 20 años la tasa de cesáreas ha aumentado, pasando de un 4% a un 25-50% en algunos países. Este cambio suele atribuirse a la introducción de la monitorización fetal electrónica, inducciones, presentaciones podálicas, a las preferencias de los especialistas, miedos y mala praxis, etc. DiMatteo y cols., 1996 en un metaanálisis sobre la incidencia de los nacimientos por cesárea y sus aspectos psicosociales, sugiere que esta proliferación no es atribuible a los problemas tanto maternos como fetales. Asimismo, estos autores afirman que la cesárea, no solo disminuye la experiencia positiva de dar a luz, sino que actualmente además tiene consecuencias a nivel psicosocial. En los partos vaginales, se ha visto que las madres y los bebés interaccionan más precozmente, sin embargo tras una cesárea, sobre todo si es no planeada, pasan muchas horas o incluso días hasta que las madres y los bebés interaccionan. Además también se ha visto una incidencia mayor de depresiones postparto en los dos meses posteriores a las cesáreas.
La lactancia materna es una forma inigualable e ideal de alimentación, para el perfecto desarrollo de los recién nacidos. Tiene una influencia biológica y emocional en la salud del bebé y de la madre, única. Entre los beneficios de la leche materna se encuentran: Disminución del síndrome de muerte súbita, disminución de enfermedades respiratorias, digestivas e infecciones urinarias, generando menos hospitalizaciones. A largo plazo, el sistema inmunitario, al haber sido estimulado activamente en los primeros días y meses tras el nacimiento, desarrollan una respuesta inmunitaria mayor a las vacunas y tienen menor riesgo de padecer enfermedades autoinmunes y crónicas. Con respecto a las madres, nos encontramos con menor tasa de hemorragia postparto, fractura espinal y de cadera postmenopáusica y disminución del cáncer de ovario y de mama.
Habiendo disminuido la lactancia materna en muchas partes del mundo, los beneficios demostrados de la misma, constituyen el fundamento de la “Iniciativa del Hospital amigo de los niños”, iniciativa creada para promover el cumplimiento del segundo punto de la declaración de inocencia que fue aprobado por la Asamblea Mundial de la Salud en mayo 1992, facilitando 10 pasos para una lactancia materna satisfactoria.
Una de las circunstancias que favorece la lactancia materna es el contacto precoz piel con piel (CPP), este consiste en colocar al bebé entre los pechos de la madre apenas nace y durante al menos dos horas después del nacimiento, en decúbito prono, desnudo, para que el espacio de contacto sea mayor. Las dos horas posteriores al nacimiento el RN está en alerta tranquila, es el llamado periodo sensitivo, el cual facilita el reconocimiento temprano del olor materno, muy importante para establecer el vínculo y la adaptación al ambiente posnatal. Posicionándolo piel con piel, poco a poco el bebé va reptando hacia los pechos de su madre mediante movimiento de flexión-extensión de las extremidades inferiores y alcanzando el pezón, pone en marcha los reflejos de búsqueda y succiona correctamente. Su duración es de unos 70 minutos en el 90%. La separación alteraría este proceso, disminuyendo la frecuencia de tomas con éxito. Por estos y por los diversos estudios, podemos afirmar que favorecen la lactancia materna, aumentando el porcentaje de primeras tomas efectivas, y manteniéndose la lactancia materna durante más tiempo.
Otro importante beneficio del CPP es el mantenimiento de la temperatura corporal del RN, evitando la hipotermia, que es un riesgo potencial en todos los recién nacidos. Entre los otros beneficios encontramos que los RN se recuperan antes del estrés, normalizan antes su glucemia, el equilibrio ácido-base, mayor estabilidad cardio-respiratoria. También se ha visto que los niños sonríen más y disminuye el llanto a corto y largo plazo, no teniendo por tanto efectos negativos. Se produce una contracción efectiva del útero por la secreción de oxitocina, disminuyendo la pérdida hemática, y favoreciendo la eyección del calostro, además de tener un efecto antiestrés en la madre.
Se ha comprobado que la cesárea es una barrera importante para la implementación del 4º paso de la iniciativa del hospital amigo de los niños: “Ayudar a las madres a iniciar la lactancia materna en la media hora siguiente al parto”.
También es importante tener en cuenta que las madres sometidas a cesárea, están significativamente menos satisfechas con su experiencia del nacimiento, tienen menos sentimientos positivos hacia sus bebés a las 6 semanas, menos estimulación táctil, cuidados e intimidad para con sus bebés.
El contacto precoz piel con piel inmediatamente posterior a la cesárea, debería ser promovido. Si la madre no pudiera llevarlo a cabo el padre es una alternativa valiosa.
Se ha visto que haciendo el piel con piel con el padre, los bebés empiezan a mamar más tarde, a los 235 en comparación con las madres que lo hicieron en una media de 117 minutos, pero manteniendo el resto de los beneficios del CPP. Contribuyen a la conservación del calor corporal, disminuyendo el riesgo de hipotermia. También aporta beneficios al padre, dándole la sensación de que está protegiendo al bebé y refieren estar maś conectados física y mentalmente con el RN.
Este artículo está basado en la tesina realizada por Patricia Ramírez García para el Experto Universitario en Cuidados Neonatales realizado en Formación Alcalá.