Durante el día de ayer podríamos ver una noticia en la que una niña de 10 años era ingresada en el Hospital por su adicción al alcohol. Fue la directora del centro la que advirtió sobre el problema.
Actualmente la niña ya se encuentra en su domicilio al cuidado de personal de enfermería. Al parecer es bastante común en algunas regiones la producción de medicamentos caseros mezclados con alcohol.
La noticia no aporta mucha más información, por lo que creo que debe darse a conocer para que tenga la importancia que merece. El alcohol es un problema social, es una de las sustancias con más número adictos, puesto que se trata de un artículo legal, cuyo consumo está muy extendido y con una potencia de adicción elevada.
Es cierto que hay algunas bebidas alcohólicas con propiedades beneficiosas para nuestra salud como la cerveza o el vino, pero siempre en pequeñas cantidades. Desde tráfico hacen grandes campañas para evitar que nos encontremos conductores ebrios al volante, pero también debemos tener precaución en casa, puesto que, aunque consumir alcohol es una actividad socialmente aceptada, el consumo diario de grandes cantidades puede considerarse en una enfermedad crónica, y como tal debe llevar un tratamiento.
La noticia en este caso es relevante, puesto que nuestras costumbres como adultos, no sólo las han adaptado a los adolescentes, con el famoso botellón, si no que como la noticia cuenta, incluso las estamos instaurando en los más pequeños.
Me despido intentando que estas líneas nos hagan reflexionar cómo nuestra conducta individual se refleja de manera general en la sociedad, de la misma manera que si adoptamos hábitos saludables individualmente, la sociedad también los vaya adaptando de manera gradual.